De la Prehistoria al siglo XX
Aunque parezca increíble, la descripción anatómica del clítoris y su correspondiente estudio desde la ciencia es casi tan reciente como las redes sociales. Sí, es asombrosamente cierto. Podríamos decir que el estudio del clítoris es del siglo XXI.
Podría parecer que soy una exagerada, porque nadie podría creer que una parte del cuerpo humano tan llamativa y mencionada no haya sido estudiada en profundidad hasta la era tecnológica, pero así es.
La sexualidad femenina, el placer de las mujeres, incluso la anatomía, no iban a librarse del sesgo de género en la ciencia. La mirada androcéntrica, la obsesión del coitocentrismo en el estudio de la sexualidad humana, han dejado a las mujeres siempre al margen, y se ha estudiado el placer sexual desde ahí, con todas sus consecuencias. La más llamativa, quizá, el desconocimiento anatómico y funcional del clítoris hasta la actualidad, que es cuando realmente estamos empezando a entender y divulgar sobre ello.
La representación gráfica de las vulvas se conoce desde la Prehistoria. Sin embargo, el clítoris, como tal, no se ve por ninguna parte.
Si avanzamos en el tiempo, encontramos detalles muy detallados del pene en el Antiguo Egipto, incluso en erección o en el proceso de circuncisión, pero ningún clítoris. Ni siquiera la parte más visible del clítoris. Nada. Es sorprendente porque, aunque no se conoce con seguridad cuándo y cómo empezó, se cree que la ablación genital femenina nació́ en Egipto hace unos 4000 años – lo que queda avalado por algunas momias encontradas con este tipo de intervención realizada – y se fue extendiendo por las sociedades tribales de muchos países africanos. Así que, como vemos, anatómicamente no interesaba, pero sí que sabían dónde estaba y cómo martirizar a las mujeres para someterlas y que su placer fuera extirpado literalmente.
Lamentablemente, Galeno, que fue el médico más reconocido y cuyas teorías más trascendieron, afirmaba que los genitales femeninos eran la “copia inversa” de los masculinos, olvidándose del clítoris en su totalidad. Y así se transmitió a futuras generaciones de “sabios” que los cuerpos de las mujeres no eran más que la “otredad”, centrando toda la atención en lo que era importante para ellos: el placer masculino y el pene como eje de todo.
La Edad Media y la imposición religiosa fue el mazazo definitivo: al no tener relación aparente con la fecundación y la reproducción humana, el clítoris no solo fue obviado para la ciencia, sino también denostado socialmente y señalado como “marca del diablo”, un motivo más para quemar mujeres por brujas.
El tiempo avanza muy rápido en los conocimientos anatómicos del cuerpo humano, pero muy lento en lo que es el conocimiento del clítoris, que más que una parte del cuerpo parece un ente imaginario. Realdo Colombo se autodenominó el primero en descubrir y describir el clítoris. No solo habla de la descripción anatómica, también habla de las propiedades fisiológicas y del papel del clítoris en el placer femenino, y le llama “Amor Veneris”. Su historia novelada se cuenta en un libro que se llama “El anatomista”.
Fue Georg Ludwig Kobelt, en su libro “Sobre los órganos femeninos y masculinos de excitación sexual en el hombre y algunos otros mamíferos” (1844), quien hizo una descripción anatómica y precisa completa de los órganos de excitación sexual tanto en hombre y mujeres. Sus dibujos, basados en sus propias disecciones, son una obra de arte.
El siglo XIX, por todo esto, debería de haber sido “el siglo del clítoris” ya que la anatomía era perfectamente conocida y lo esperable era que este conocimiento se extendiera a escala mundial. Sin embargo, aunque algunos autores ensalzaron y magnificaron la importancia del clítoris, la mayoría lo menospreciaron y el clítoris fue olvidado en muchos tratados de anatomía.
Y el tiempo pasa y no perdona.
Te cuento cómo acaba esto en otro post.
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