EMPRENDER COMO MATRONA

Emprender, independizarse, ser autónoma… ¡uf! Da hasta vértigo la primera vez que lo piensas. 

Da vértigo porque, como matronas, no nos preparamos durante la formación para esa posibilidad. 

Enfermería y Matrona, son profesiones para las que parece que el ámbito autónomo es algo surrealista. Estudiamos y nos presentamos a mil oposiciones, como si nuestro único ámbito de actuación fuera el funcionariado, y claro, no contemplamos la posibilidad de otras formas de trabajar. Eso no pasa en Fisioterapia o en otras profesiones sanitarias, como la odontología o la podología. Sin embargo, las enfermeras y las matronas sólo tienen en la cabeza el hospital-centro de salud, y a ser posible, la plaza fija.

Pero el mundo cambia, para bien y/o para mal, y la enfermería y la matronería deben adaptarse a las nuevas situaciones. 

Es más, lo que antes era un terreno vacío para las matronas, ahora es un inmenso campo de oportunidades. Sigue dando vértigo. Sí, la verdad.

Porque cuando, por fin, vences el miedo y te planteas ser autónoma y ofrecer todo tu potencial de forma privada, te topas con muchas trabas. 

La primera, que no sabes ni cómo es eso de hacerse autónoma. En papeles, digo. Y entonces te cae encima una inmensidad de trámites, burocracia y, lo que más escuece, impuestos y gastos de los que no te imaginabas ni por casualidad; y todo expresado en un lenguaje que parece castellano, aunque no pondrías una mano en el fuego para asegurarlo. 

Así que, primero pagar y lo segundo aprender. Aprender dónde, cómo y cuándo se tramitan los permisos, los que necesitas, los que no tenías ni idea de que necesitabas, los que conocías y los que van saliendo sobre la marcha. Plantearte qué quieres hacer y cómo, para poder valorar el dónde y el cuándo. 

¡Uf! Si al principio da vértigo, al “no principio” da pavor. 

Preguntas a compañeras que ya se han instalado, y así, con ayuda de unas y otras, vas trazando tu plan de acción.

Una vez planificado, hay que ponerse en marcha. Ten en cuenta que lo que planificas y lo que luego pasa, no siempre coincide en el espacio y el tiempo. Es un trabajo personal, de paciencia y tolerancia más allá de la terapia de grupo. El tiempo corre, los impuestos se pagan, trabajes ya o no, y este país no lo pone nada fácil a las emprendedoras. Somos supervivientes. Sobrevivimos a la burocracia, a la censura social (mira que hay que estar loca para montar un negocio) y a Hacienda. Y cuando sobrevivimos, es la leche.

Porque merece la pena, y mucho. Si en un lugar es posible ser comadrona y poder llegar plenamente a desarrollar nuestras funciones, es siendo independiente. Estimula la creatividad, te hace ver la vida de otra forma, y la manera de trabajar evoluciona de forma constante.

Hay un pequeño-gran inconveniente: no se nos ve. Somos tan pocas, y tradicionalmente tan metidas en los hospitales, que a las mujeres les cuesta mucho saber qué hace una matrona y dónde encontrar una. Si una mujer pone en internet “embarazo” o “seguimiento del embarazo” le salen mil sitios de cualquier otra profesión (clínicas ginecológicas de todo tipo, fisioterapeutas, doulas, profesoras de yoga) y muy poquitos sitios (si le aparece) de centros de matronas. Por poner un ejemplo.

Poco a poco, afortunadamente, vamos siendo más en cantidad y mucho más visibles, en gran parte por las RRSS, que a veces son muy malas, pero otras veces son una magnífica herramienta para que las mujeres conozcan y encuentren diferentes profesionales que pueden aportar mucho a sus procesos de maternidad, salud sexual o sus ciclos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Carrito de compra
0
¡Tu carrito está vacío!

Parece que todavía no has agregado ningún artículo a tu carrito.

Buscar productos
Desarrollado Voltage Emoji por Caddy
Ir arriba